viernes, 9 de marzo de 2012

XXIII Media maratón de Siero

Esta nueva edición, de la que dicen una de las media maratones más duras de Asturias, se disputó el domingo 4 de marzo, a lo largo de una mañana que nos brindó de todo: amaneció nublado, salió el sol para darnos la salida, y calentaba de lo lindo, y para acompañarnos en el último tramo una buena ración de lluvia y un viento de cara que hacía que las bajadas parecieran todo lo contrario.



Nutrida representación del equipo CRONOASTUR y ganas de darlo todo sobre el asfalto. Nos reunimos en torno al ritual del cafelillo para contar las últimas hazañas y los planes para las siguientes carreras mientras vamos calentando el estómago.

Después de un breve calentamiento por las calles de la Pola, nos vamos acercando a la línea de salida, donde el ambiente está muy animado; música, sol, speaker, animadoras y un montón de gente. Este año se hechó de menos a los "animadores" versión I want to break free...

Tras la carrera de la Providencia (Hasta que sólo quede uno) no tengo previsto disputar esta prueba a tope y menos con la cita del Asturcón a las puertas, así que me la tomo como una rodada larga, saliendo ya desde la cola, a un ritmo cómodo y si las fuerzas acompañan, apretar al final.

Una vez que salimos, damos una primera vuelta por las calles de la Pola y tras pasar por la meta nos dirigimos ya hacia Vega de Sariego. Este año, se modificó el trazado haciendo llegar la carrera a esta última localidad.



Con el sol calentando un poco la mañana vamos haciendo kilómetros, salimos de la Pola y con las primeras rampas el pelotón se va estirando. Llevo la liebre de 1:45 a pocos metros por delante pero no quiero cebarme y pagarlo luego, así que yo a lo mío, marcheta y con paciencia.

Como yo, otro grupo de corredores van al mismo ritmo, así que formamos un pequeño pelotón que se mantiene hasta los primeros toboganes. La verdad que en este tipo de carreras me cuesta más bajar que subir, así que aprovecho los repechos para apretar un poco y recuperar puestos.

Poco antes de la Vega de Sariego ya empezamos a cruzarnos con los corredores de cabeza, así que voy pensando en apretar un poco más. Ya en la Vega nos recibe un grupo de gaiteros que nos anima para el tramo final, pero hay amigo, la música luego pareció el presagio del vendaval que nos esperaba nada más dar la vuelta. Un fuerte viento de cara hacía que cada paso te costara una fortuna, además comenzó a oscurerse el cielo, se puso frío y comenzó a caer agua. Aquí se nota lo de ir en grupo para protegerse del viento. En mi caso, salvo zonas puntuales donde adelantaba a alguien, me tocó hacer el retorno en solitario.

Ya por las calles de la Pola toca sufrir y apurando los últimos metros consigo bajar el tiempo del año pasado, con lo que para ir de rodaje no me dejó mal sabor de boca.


 


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