sábado, 20 de octubre de 2012

VI Maratón xtreme Lagos de Covadonga

Perteneciente a las k42 series volvemos a tomar parte de esta prueba que recorre la zona de los Lagos de Covadonga con el objetivo de mejorar, si es posible, el tiempo de la pasada edición.

Esta vez la logística no pasaba por repetir el madrugón del 2011, para desde Oviedo, llegar a recoger el dorsal antes de la salida, bufff, no estaban ni pintadas las rayas de la carretera...

Así que escapada de fin de semana a Cangues, con tarde de terraceo aprovechando una temperatura más propia del sur que de esta zona. Muchas caras conocidas de paseo, alguna cinco estrellas: Heras, Chus Romón, Fran Piñera, Ohiana...y el total de inscritos 440 !!!, a ver cómo pasamos el embudo de Priena...

Aún de noche toca desayunar y acercarse a la estación de autobuses para que nos lleven a la zona de salida en el Repelao. Más que el previsible frescor mañanero hace un extraño bochorno, por lo que empieza a sobrar la ropa de abrigo, así que aprovecho la opción de dejar el sobrante en la bolsa del corredor para recogerlo al final en meta.

Mucha gente de fuera (lo deduzco por los acentillos que se escuchan entre la penumbra...) y los habituales locales. Comienzan los rituales presalida con todo tipo de carreras y estiramientos, alguna cara de preocupación, descargas de camel internas y encomendaciones a todos los santos; sólo faltó el pañuelo de  San Fermín y el chupinazo.






Salida en masa y previendo el atasco afrontamos el primer km al tran tran en cola de pelotón, aún así, empezamos la subida a Priena casi parados. No nos iba a venir mal este ahorro de energía...

Realizo la subida en un grupito con más charla que carrera y casi sin darnos cuenta llegamos arriba, aunque la primera sorpresa es que han modificado el trazado y pasamos por la cruz tras cruzarnos con la gente que va ya de bajada (bien balizado el trazado para no mezclarse).

Ahora toca unos sube-bajas hasta la huesera y el grupo se disgrega.




Sigo reservón y más pendiente del paisaje que de donde pongo los piés recibe el primer aviso en forma de tropezón+caída+dedo a tomar por c...o. Bufff y eso que me podía haber hecho bastante más daño porque aterricé entre unas piedras y libré la cara de milagro. Parriba como si nada y a no levantar la vista de los pies...

Llegamos a la huesera y disfrutamos del primer avituallamiento. A diferencia del año pasado coincidimos bastantes corredores e incluso hay que hacer algo de cola, pero te motiva ver que hay bastante gente en tu nivel. Algo influirá el número de participantes....

Ahora enfilamos la pista para acercarnos a la Vega Comeya y disfruto de la siempre agradable compañía del demonión de Nembra ;).



Otra sorpresa de la organización: no cruzamos la Vega sino que la bordeamos por la izquierda, cresteando. No pasa nada, somos paisanos y esta vez cambiamos de buen grado el remojón en agua-barro-fresquito hasta las rodillas por unos metros de más de desnivel. Pero ay-ay-ay, hace un viento considerable y te da de lado con lo que avanzas de manera caótica, intentando no clavarte en la alambrada que delimita la cresta y adivinando donde posarás el pié, porque el viento literalmente te desplaza cuando estás en el aire.

Por fin subimos por la zona de la mina hacia el túnel y de ahí al centro de interpretación y al avituallamiento del lago Ercina. Aquí repongo fuerzas con calma, recargo líquido en el bote y doy buena cuenta de varios trozos de plátano y naranja.





De nuevo en marcha y más sopresas, no bordeamos el lago por la izquierda sino que subimos una loma para rodearlo por la derecha. Desde arriba disfruto de un espectáculo único: el oleaje de los lagos. Bajamos hacia el lago Enol y pasamos por un pedrero muy resbaladizo para luego comenzar la subida a la porra de Enol.







Desde aquí, salvo algún repecho puntual, es todo bajada hasta Covadonga, pero ahí está el peligro: si te cebas en esta larga bajada te quedas sin piernas y falta lo peor. Así que sigo a mi ritmo, procurando no sobrecargar las rodillas y dejando el cuerpo fluir casi sin esfuerzo (qué místico queda, pero cómo se nota al llegar abajo).

A pesar de bajar despacio (para mi...) voy cogiendo gente en una maniobra que se repite a lo largo de la carrera: me sobrepasan en las subidas resoplando y los atajo en las bajadas casi parados. Sobre todo en el último tramo antes de Covadonga, un sendero revirado, resbaladizo y estrecho que me permite adelantar a buen número de corredores que parecen tener jabones en las suelas.

Llego por fin a Covadonga, mejorando el tiempo del año pasado pero sin prisa, toca reponer fuerzas y por lo que veo no soy el único que sabe lo que nos espera a partir de ahora; Juan Fuego nos lo recuerda y nos aconseja llevar las reservas de líquido a tope...qué gran consejo y cómo me acordé de no traer el camel pues se me terminó el agua a pesar de haber recargado a tope el bidón, qué sed...




Tras recibir los ánimos de mis dos soles salgo ya para afrontar el último tramo de la prueba. Una larga subida por una pista que hago caminando y luego ya a intentar llegar lo mejor posible a Següenco para darlo todo en la bajada, y vaya si lo di, que se lo digan a mi tobillo, a cinco km de meta  en plena bajada a fuego, zassss, cotollazo, chasquido y revolcón.





Todavía en el suelo un pensamiento nuevo "abandonar"; nunca me lo había planteado a pesar de las molestias de todo tipo, pero esta vez iba e serio. Valoración de daños: ligero dolor, inflamación en aumento pero puedo apoyar el pié. Opciones: subir a las antenas y que me lleven a meta o tirar un poco más abajo y si lo veo jodido quedarme en algún control. Tiro hacia abajo caminando y aunque resentido parece que puedo seguir. Paso un par de controles y a ratos troto algo para que no enfríe. La inflamación está contenida así que pienso en llegar a meta; ahora ya sí todo es hacia abajo y casi nada técnico. Me olvido de superar la marca del año pasado y mi nuevo reto es ahora terminar...

Voy refrigerando la maquinaria con lo que me pueden dar frío en los avituallamientos (creo que eché hasta coca cola al tobillo) a falta de San Reflex buenos son otros remedios.


Por fin entro en Cangas de Onís, ocho horas ya, vamos un poco más y ya estoy, buf, enfilo ya la meta (que cambiaron de sitio este año) y to palante, sí, conseguido!!!

Llego hecho un cristo, lleno de polvo, pero con una sonrisa y un subidón de adrenalina que no se pueden describir. Voy a visitar al médico para que me mire el tobillo y que me ponga un poco de hielo.

Eso sí, todo tiene un precio y ha sido no poder participar en el Trail de Ubiña, pero bueno, el año que viene lo cataremos.

XIII Quebrapates Peña Mea

El 2 de septiembre cita ineludible, vamos a Peña Mea, para mí una de las carreras de montaña más atractivas y si además hace buen tiempo la experiencia es inolvidable.

Esta vez CRONOASTUR  va de trío y las ganas se notan en las caras antes de la salida.



El trazado se mantiene y este año no me quedo sin disfrutar de las vistas desde el picu Dubil que el año pasado me frustró la niebla.


La carrera planteada de manera conservadora, como ya va siendo habitual, por el tema de las molestias en las rodillas, así que nada que destacar a nivel competitivo.

El truco para acabarla sin sufrir "más de la cuenta" el de los tres tercios: el primero tó parriba con calma, luego otro poco más parriba y tó pabajo sin cebarse y el último, si te quedan fuerzas, pues las gastas...

Como siempre buena organización y muy buen ambiente.

Ah!, gracias al equipo de fisios que me resucitó tras la llegada...